El Bayern München jugó allí como local entre 1925 y 1972, el Wacker München en diferentes etapas entre 1925 y 1986, el Türk Gücü München entre 1988 y 1992, además, otros equipos lo han hecho también durante periodos más cortos. Pero si hay un equipo que se identifica con el Sechzger-Stadion, ese es el 1860 München. Fue el equipo que construyó el estadio en 1911 y jugó allí como local ininterrumpidamente entre 1911 y 1972; entre 1973 y 1995 alternó con el Estadio Olímpico y en la temporada 2004/05 volvió a jugar allí sus partidos como local. En la actualidad el estadio pertenece al ayuntamiento muniqués y es utilizado por los segundos equipos y los equipos juniores del 1860 y del Bayern.
El primer equipo del 1860 disputa ahora sus partidos como local en el Allianz Arena, estadio del que fue copropietario con el Bayern hasta 2006 pero que en la actualidad pertenece exclusivamente al gran rival ciudadano. A pesar de ya no jugar en el mítico Sechz’ger-Stadion, éste ha alcanzado un estatus de objeto de culto entre muchos de los aficionados del 1860, que aún ven en el centenario estadio la casa perfecta para el 1860. Ese cariño al Sechz’ger-Stadion, unido a un rechazo al Estadio Olímpico primero y al Allianz Arena después, originó la creación de una asociación formada por aficionados del 1860 que tiene como objetivo el mantenimiento y la consolidación del estadio. Por supuesto, ese asociación sueña también con traer al 1860 de vuelta al Stadion an der Grünwalder Straße. La asociación está convencida de que el Sechz’ger-Stadion es la única opción para el 1860 y no solo se basan en su amor por el estadio sino también en los resultados del estudio “Projekgruppe Stadionzukunft”, un estudio encargado por el club en el que se valoraban las distintas posibilidades existentes para una eventual mudanza del Allianz Arena. Según la asociación de amigos del estadio, este estudio demuestra que un renovado Sechz’ger-Stadion es el único estadio que puede hacer que el equipo progrese, ni en el Allianz Arena ni en el Estadio Olímpico tiene el 1860 futuro.
La asociación trabaja para demostrarles al club y las autoridades de Munich que el estadio de la calle Grünwalder ha de ser el del 1860. Entre las actividades que hace esta asociación está también la de intentar atraer a los aficionados a los partidos del segundo equipo que se disputan en su querido estadio. De hecho, en tres ocasiones, la asociación ha utilizado los partidos del filial para llevar a cabo actos de apoyo al estadio de la calle Grünwalder. Por ejemplo, en la última de esas acciones se reunieron más de 10.000 personas para ver el partido de Liga Regional que enfrentó a los filiales del 1860 y el Friburgo en mayo de 2009.
Pero además de los problemas del equipo para encontrar una casa que satisfaga a todos, el 1860 se encuentra en una situación económica catastrófica y necesita reunir 8 millones de euros en las próximas horas sino quiere verse obligado a declararse insolvente. En los últimos días se han venido barajando diversas posibilidades para conseguir reunir ese dinero. Inversores árabes, diversos bancos y cajas bávaras, el Bayern y amigos de Beckenbauer forman parte de las quinielas de los posibles inversores en el club bávaro. Creo que ambas situaciones no han de ser vistas como problemas independientes y la mala situación económica del club puede tener su origen en el problema para encontrar un estadio a su medida y sobre todo en la participación del club en el macroproyecto del Allianz Arena.
Podría resultar bastante obvio decir que todos los aficionados de los leones de Munich esperan que el equipo encuentre ese dinero lo antes posible, sin embargo, eso no es así y no todos están interesados en que se consiga ese dinero y se evite así la quiebra. Un total de 85 clubes de fans del 1860 han firmado un manifiesto en la que opinan que lo mejor que puede hacer el club es declararse en insolvencia y esgrimen las razones que les llevan a pensar así. Para ellos el equipo, en el formato actual, lleva ya bastante tiempo muerto y eso por culpa de haberse embarcado en diversos proyectos sobredimensionados y de haber perdido su identidad intentando moverse al mismo nivel que sus rivales ciudadanos, el Bayern. Si el equipo no reúne el dinero necesario, se verá declarado a declararse insolvente y deberá empezar posteriormente desde categorías amateurs, de tal forma el club daría un gran paso para reencontrarse con su verdadera identidad, dicen estos aficionados en su manifiesto. Para estos aficionados, grandes empresas como la del proyecto Allianz Arena han hecho mucho daño al club. Creen que haber intentado estar a la altura del Bayern les ha acabado por pasar factura. Opinan que en estos momentos, los más interesados en mantener al 1860 con vida son sus acreedores, y entre ellos el Bayern, que recibe una gran cantidad de dinero al tener al 1860 como inquilino en su estadio. Cabe recordar que el club lleva ya unos años en una desastrosa situación económica y ya en 2006, el Bayern compró su parte del Allianz Arena al 1860 por 11,6 millones de euros, dinero que ayudo al 1860 a paliar temporalmente sus problemas económicos. Este grupo de aficionados no se muestra convencido por ninguna de las fuentes de financiación que se barajan para invertir en el equipo. Una inversión económica en estos momentos no haría otra cosa que prolongar el sufrimiento del equipo y de sus aficionados. Creen que es mejor un doloroso final que un dolor sin fin. El manifiesto de este grupo de aficionados finaliza con estas frases o máximas a seguir en el futuro:
¡No volver a formar parte de grandes proyectos de la ciudad de Munich!
¡No volver a dejar a políticos formar parte del equipo!
¡No volver a cooperar con el FC Bayern!
¡No volver a dejar entrar en el club a inversores sospechosos!
¡No volver a dejar a empresas de marketing entrar en el equipo!
¡No volver a traicionar la identidad, que es nuestro bien más preciado!
Pero bueno, ya veremos como se desarrolla ese problema en los próximos días, ahora volvemos al tema inicial del artículo, mi visita al Städtisches Stadion an der Grünwalder Straße 4 de la capital bávara. El partido era a las 14:00 y aproximadamente media hora antes llegábamos en metro a la parada de la línea U1 Wettersteinplatz, situada muy cerca del estadio. Después de comprar las entradas y de hacer fotos fuera del estadio nos dispusimos a comprar una cerveza en la cantina del club. El estadio tiene una tribuna principal bastante curiosa y antigua, con bancos de madera y con unas columnas que entorpecen bastante la visión, la otra tribuna tiene sillas de plástico y es bastante parecida a las que se pueden ver hoy en día en la mayor parte de estadios. Además de las dos tribunas principales, el estadio tiene también dos curvas con gradas de pie, de las que antes se veían también en España. La capacidad actual del estadio es de 10.240 espectadores, aunque tiene potencial para acoger a más aficionados. Uno de los elementos más destacados del estadio es el marcador manual. Desde la temporada 2009/10 cada equipo que visita el estadio tiene su propia placa en el marcador, antes no era así, al principio solo había tres placas con las inscripciones 1860 (en la parte de atrás con la palabra “Heim” escrita), Bayern y Gäste (visitantes). En los partidos internacionales también se hacían placas para los equipos visitantes. Cuando el Türk Gücü y el SpVgg Unterhaching jugaron como locales en el estadio también se hicieron placas para ellos. En los partidos en los que la asociación de amigos del estadio de la calle Grünwalder realizó acciones de apoyo al estadio también se imprimieron placas para el filial del Friburgo y el Jahn Regensburg. Como antes dijimos, desde la anterior temporada, todos los equipos visitantes tienen su placa propia, quedando ya en desuso la placa “Heim”. El partido al que habíamos ido enfrentaba al equipo amateur del 1860 Munich y al Stuttgarter Kickers. El partido fue dominado completamente por los visitantes y solo en los últimos minutos de la primera parte, cuando el filial del 1860 se puso 1-2 corrió algo de peligro la victoria visitante. Después del partido, y mientras pasábamos por un lateral del autobus de aficionados del Stuttgarter Kickers, casi nos vimos metidos en medio de una pelea entre aficionados de ambos equipos, sin embargo, al poco rato llegó la policía y todo quedó en nada.