Partido: SC Wiener Viktoria - SKV Wild Dragon
Resultado: 10-1
Fecha: 3 de septiembre de 2011
Hora: 17:00
Competición: Oberliga A de Viena (quinto nivel)
Estadio: Wiener-Viktoria Platz
Dirección: Oswaldgasse 34, 1120 Viena
Espectadores: 250
Precio de la entrada: 5 euros
Era un día soleado en Viena y había decidido ir a la piscina de Hietzing, situada en el distrito del mismo nombre y bastante cerca de los jardines del palacio de Schönbrunn. También relativamente cerca de la piscina, ya en el distrito de Meidling, tiene su casa el equipo SC Wiener Viktoria, que milita en la Oberliga A, un nivel por debajo de la liga vienesa y en el quinto nivel del fútbol austriaco. El distrito de Meidling está situado al suroeste del centro de Viena y el terreno de juego del Wiener Viktoria está situado en el número 34 de la Oswaldgasse, justo al lado de las vías del tren. Si se viaja a Viena en tren desde el este en dirección a Westbahnhof, se puede ver claramente el terreno de juego, poco después de pasar por la antigua Südbahnhof y futura estación central de Viena (Hauptbahnhof). Reconozco que no se me hubiese ocurrido ir a un partido del Wiener Viktoria si el entrenador del equipo no fuese Anton Polster.
El presidente del equipo es, desde hace cinco años, Roman Gregory, músico que se hizo famoso en Austria en la década de los 90 como líder del grupo de rock Alkbottle. Gregory jugó en las categorías inferiores del equipo hasta los 13 años de edad. Volvió al Wiener Viktoria en 2004. 20 años después de su marcha. Quería ayudar al equipo y se convirtió en su presidente. „El Viktoria estaba por los suelos. Estaba lleno de racistas, borrachos, criminales,...“ comentó Gregory a la revista 11-Freunde. Cuenta que en una ocasión estuvo sentado en la junta directiva al lado de una señora que le dijo que no le gustaría ver a judíos o turcos en el equipo. Los hijos de esa señora eran entrenadores de los equipos sub-10 y sub-9 y se pasaban los entrenamientos fumando y bebiendo cervezas. El comienzo de Gregory como presidente no fue fácil y el resto de la directiva no le dejaba acceder a todos los documentos del club. Más tarde descubrió historias de manipulación de partidos y otros asuntos turbios. Gregory dijo que quería ayudar al equipo, pero bajo otras condiciones, así que decidió abandonar la presidencia.
Dos años más tarde lo volvió a intentar y se presentó a las elecciones con una nueva junta directiva. Las ganó y volvió a ser presidente. Quería cambiar por completo el club y una de las primeras medidas que llevó a cabo fue la de poner un sitio de kebabs al lado de la de salchichas. Con este simbólico paso, Gregory quería demostrar que comenzaba una nueva etapa en el club, distanciándose del inmediato pasado. En otra medida similar comenzó a venderse también la cerveza turca Efes. Los racistas se fueron del club y no volvieron a aparecer por allí. Lo que no desaparecieron fueron las deudas. Para reducirlas Roman Gregory comenzó a organizar eventos para recaudar dinero y mejorar la maltrecha imagen del club. Por ejemplo, el equipo disputó un partido amistoso contra la selección del Tibet o cedió en invierno sus vestuarios a indigentes de la zona. Pronto crecieron las cifras de espectadores, llegaron nuevos socios, muchos de ellos emigrantes. En la actualidad en el club juegan 250 jugadores de más de 30 naciones diferentes. Con todas esas medidas el club comenzó a llamar la atención de los patrocinadores. Solo los políticos permanecieron escépticos. Roman Gregory tuvo que esperar 3 años hasta que el representante político del distrito aceptó reunirse con él. La idea de Gregory es la de convertir el club en una especie de FC St. Pauli austriaco; de hecho, el año pasado Gregory y su equipo directivo visitaron las instalaciones del equipo alemán y Helmut Schulte, director deportivo del FC St. Pauli les explicó la estructura del equipo y las características de la relación que mantiene con el distrito de St. Pauli.
Ese día, el Wiener Viktoria se enfrentaba al SKV Wild Dragon en la tercera jornada del campeonato. El partido no tuvo mucha historia y el equipo de Polster destrozó a su rival ganando 10-1. Militando en una categoría tan baja lo normal es que los jugadores sean completos desconocidos para los que no siguen el fútbol modesto vienés, sin embargo, puede que algún aficionado del Toledo se acuerde del brasileño Fabio Augusto Peres Leoncini, que fichó este año por el equipo de Polster y militó en las filas del filial del Toledo en la temporada 2007/08. Fabinho disputó 9 partidos con el equipo manchego y consiguió 6 goles, colaborando en el ascenso del equipo a Primera Autonómica. Posteriormente jugó en Irlanda y Brasil antes de llegar a Austria. En el equipo destacan también el norteamericano Darryl Gordon y Bernhard Ungerböck, que hace dos temporadas estaba jugando con el filial del Austria Viena en la Erste Liga.
Más fotos del partido
Parte de la información incluida en este artículo extraída del número 118 de 11-Freunde